miércoles, 24 de marzo de 2010

Propuesta Aldea Machado Cisnero

ALDEA LUIS AUGUSTO MACHADO CISNEROS GUACARA:
DISCUSIÓN SOBRE LA TENENCIA DE TIERRA:
La estructura de la tenencia es un componente esencial del desarrollo sostenible, en el sentido de la equidad entre las generaciones. Cada generación transmite a las siguientes una tenencia con determinadas características y esto tendría que hacerse en una forma tal que favorezca la equidad intergeneracional. Tal circunstancia lleva a formular varias interrogantes, como por ejemplo: ¿no se puede pensar que, una tenencia en la cual no exista una definición clara de los derechos de propiedad o bien los derechos están definidos en forma muy asimétrica, será generadora de conflictos en el futuro? Por otra parte, siendo generalmente admitido que las explotaciones más pequeñas son las más eficientes, ¿no será una estructura ineficaz para la producción aquella en la cual se puede observar una alta concentración, lo cual limitaría la seguridad alimentaria de las siguientes generaciones?
El papel de la estructura de tenencia en la equidad intergeneracional. Varias características de la tenencia apuntan a la importancia de dicho papel. Por ejemplo, una tenencia que transmita una carga de conflictos para las siguientes generaciones aportará determinaciones negativas para la convivencia social, así como también para el desarrollo de la producción agrícola y, por consiguiente, para la seguridad alimentaría del país. Por otra parte un inadecuado tamaño de los terrenos, es decir, un predominio de explotaciones grandes, puede favorecer explotaciones de baja eficiencia y poner en peligro esta seguridad alimentaría para las generaciones futuras. Esto quiere decir que determinadas características de la tenencia refieren a una condición esencial de un desarrollo sostenible, que se puede denominar la equidad intergeneracional.
Las ciudades crecen y la demanda de alimentos aumentan, pero las zonas aptas para la agricultura disminuyen. Las nuevas poblaciones urbanas tratan de acceder a los terrenos cultivables. El valor de la tierra aumenta así como su demanda para usos no agrícolas. El entorno es sumamente competitivo y los actores que participan en la producción alimentaria urbana no siempre pueden hacer sentir sus voces. Ellos deben competir con una amplia variedad de intereses relacionados al acceso a las tierras para uso agrícola y sus cultivos rara vez son protegidos por sistemas que garantizan la tenencia. Las cuestiones de tenencia de tierras representan potencialmente una seria limitación para la producción alimentaria urbana.
TENENCIA DE TIERRAS URBANAS Y AGRÍCOLAS:
En base a la importancia que representa la tenencia de tierra y para que se respete el Derecho y buen uso de las tierras agrícolas:
El Estado debe darles de manera prioritaria apoyo a los trabajadores que no cuentan con los instrumentos necesarios para la explotación de la tierra con fines agrícolas.
• Establecer diagnósticos de las diferentes tierras para descubrir sus potencialidades y vocaciones agrícolas, para que de esta manera se evite la construcción de urbanismos desperdiciando la calidad y cualidad de las tierras para el cultivo agrícola.
• La planificación orientada a futuros de medidas preventiva, como por ejemplo la declaración de áreas para actividades específicamente agrícolas.
• Ordenar el territorio rural tomando en cuenta, entre otras variables, la productividad de la tierra, definida en función de su vocación de uso y de la eficiencia y eficacia productiva de los rubros agrícolas que se seleccionan, además del usufructo, goce o disfrute que fijen o alcancen los productores que estén asociados estrechamente con proyectos productivos dirigidos a satisfacer expectativas colectivas, garantizando el mantenimiento de las condiciones ecológicas requeridas para lograr un hábitat de calidad adecuada.
• Como condición para la tenencia de tierra se deben tener en cuenta el estricto cumplimiento de las Leyes ambientales, y el buen uso de la tierra, evitando de esta manera la sobreexplotación.
• Mejoramiento de la comunicación y fomento de intercambio de experiencias a nivel local con representantes de los entes gubernamentales.
• La descentralización y en este sentido transferir a los Concejos Municipales la propiedad de las tierras actualmente en manos del INTI sería un paso adelante hacia la equidad en el tratamiento de la cuestión agraria, así como la implementación del manejo agrario de dichas tierras. Si bien se ha insistido en el papel que jugaron los pactos locales en la histórica iniquidad agraria en Venezuela, el país está ahora en una situación distinta: los Concejos son elegidos democráticamente.
• Información: Siempre al referirse a este tema de la información vale la pena insistir, además, en la importancia de la formación de abogados agraristas, a partir de la enseñanza sistemática de un derecho agrario renovado en las Facultades de Derecho del país. También se debería enseñar en todas las Escuelas de Agronomía y de Ciencias Veterinarias, al mismo tiempo que es necesario fomentar la realización de trabajos de grado vinculados con esta problemática, para acercar a los futuros profesionales con la realidad agraria del país.
• Es vital que los Consejos Comunales como célula fundamental del Poder Popular se incorpore a la identificación de los terrenos o inmuebles dentro de su ámbito territorio que se encuentren ociosos, de manera que dichos espacios sirvan de asiento para la ejecución de proyectos de orden habitacional, social o productivos; que apunten a la satisfacción de necesidades colectivas.
Como propuesta principal:
Crear un ente estrictamente encargado de la supervisión, tramitación y penalización de los beneficios y créditos aprobados para el uso de las tierras.
Por otra parte, las llamadas invasiones:
La formación informal de viviendas conlleva entre otros:
• Ocupación ilegal de terrenos que se encuentran en propiedad pública o privada.
• A la construcción sin permiso que incluye también la pregunta de si allí se debe construir o no.
• A la no consideración de normas de construcción (estática, materiales de construcción, distancia, cantidad de pisos, conexiones a infraestructuras, entre otros)
Los mayores problemas de los propietarios de las viviendas precarias consisten en la no existencia de un título de terreno y en el miedo a no tener ningún acceso a créditos públicos en condiciones favorables para la construcción y mejora de vivienda.
Por otra parte entre los ocupantes de tierra, hay frecuentemente un grupo pequeño de personas que practica la toma de tierras profesionalmente y consiste en ocupar una parcela en las invasiones de tierras, pero solo permanecen allí hasta que las parcelas ocupadas por ellos ganan valor a través de medidas de regularización o legalización y entonces la venden y tan pronto han vendido su parcela en un asentamiento consolidado, ocupan otra parte de una nueva tierra para así volver a venderlo.
Si se planifican los asentamientos de familias de bajos ingresos con seguridad de tenencia de la tierra se le da a estos asentamientos un estatus formal desde el inicio.

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